martes, 6 de agosto de 2013

Diario - Ana Frank

Jueves, 6 de julio de 1944
Querida Kitty:

Me entra un miedo terrible cuando Peter dice que más tarde quizá se haga criminal o especulador. Aunque ya sé que lo dice en broma, me da la sensación de que él mismo tiene miedo de su débil carácter. Una y otra vez, tanto Margot como Peter me dicen: «Claro, si yo tuviera tu fuerza y tu valor, si yo pudiera imponer mi voluntad como haces tú, si tuviera tu energía y tu perseverancia...»
¿De verdad es una buena cualidad el no dejarme influenciar? ¿Está bien que siga casi
exclusivamente el camino que me indica la conciencia?
A decir verdad, no puedo imaginarme que alguien diga «soy débil» y siga siéndolo. Si
uno lo sabe, ¿por qué no combatirlo, por qué no adiestrar su propio carácter? La respuesta fue: «¡Es que es mucho más fácil así!» La respuesta me desanimó un poco. ¿Más fácil?
¿Acaso una vida comodona y engañosa equivale a una vida fácil? No, no puede ser
cierto, no es posible que la facilidad y el dinero sean tan seductores. He estado pensando bastante tiempo lo que debía responder, cómo tengo que hacer para que Peter crea en sí mismo y sobre todo para que se abra camino en este mundo. No sé si habré acertado.
Tantas veces me he imaginado lo bonito que sería que alguien depositara en mí su
confianza, pero ahora que ha llegado el momento, me doy cuenta de lo difícil que es
identificarse con los pensamientos de la otra persona y luego encontrar la mejor solución. Sobre todo dado que «fácil» y «dinero» son conceptos totalmente ajenos y nuevos para mí.
Peter está empezando a apoyarse en mí, y eso no ha de suceder bajo ningún concepto. Es difícil valerse por sí mismo en la vida, pero más difícil aún es estar solo, teniendo
carácter y espíritu, sin perder la moral.
Estoy flotando un poco a la deriva, buscando desde hace muchos días un remedio eficaz
contra la palabra «fácil», que no me gusta nada. ¿Cómo puedo hacerle ver que lo que
parece fácil y bonito, hará que caiga en un abismo, en el que ya no habrá amigos, ni
ayuda, ni ninguna cosa bonita, un abismo del que es prácticamente imposible salir?
Todos vivimos sin saber por qué ni para qué, todos vivimos con la mira puesta en la
felicidad, todos vivimos vidas diferentes y sin embargo iguales. A los tres nos han
educado en un buen ambiente, podemos estudiar, tenemos la posibilidad de llegar a ser
algo en la vida, tenemos motivos suficientes para pensar que llegaremos a ser felices,
pero... nos lo tendremos que ganar a pulso. Y eso es algo que no se consigue con
facilidad. Ganarse la felicidad implica trabajar para conseguirla, y hacer el bien y no
especular ni ser un holgazán. La holgazanería podrá parecer atractiva, pero la satisfacción sólo la da el trabajo.
No comprendo a la gente a la que no le gusta el trabajo, pero lo mismo me pasa con
Peter, que no tiene ninguna meta fija y se cree demasiado ignorante e inferior como para conseguir cualquier cosa que se pueda proponer. Pobre chico, no sabe lo que significa poder hacer felices a los otros, y yo tampoco puedo enseñárselo. No tiene religión, se mofa de Jesucristo, usa el nombre de Dios irrespetuosamente; aunque yo tampoco soy ortodoxa, me duele cada vez que noto lo abandonado, lo despreciativo y lo pobre de espíritu que es.
Las personas que tienen una religión deberían estar contentas, porque no a todos les es
dado creer en cosas sobrenaturales. Ni siquiera hace falta tenerle miedo a los castigos que pueda haber después de la muerte; el purgatorio, el infierno y el cielo son cosas que a muchos les cuesta imaginarse, pero sin embargo el tener una religión, no importa de qué tipo, hace que el hombre siga por el buen camino. No se trata del miedo a Dios, sino de mantener alto el propio honor y la conciencia. ¡Qué hermoso y bueno sería que todas las personas, antes de cerrar los ojos para dormir,: pasaran revista a todos los acontecimientos del día y analizaran las cosas buenas y malas que han cometido! Sin darte casi cuenta, cada día intentas mejorar y superarte desde el principio, y lo más probable es que al cabo de algún tiempo consigas bastante. Este método lo puede utilizar cualquiera, no cuesta nada y es de gran utilidad. Porque para quien aún no lo sepa, que tome nota y lo viva en su propia carne: ¡una conciencia tranquila te hace sentir fuerte!


Tu Ana M. Frank

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Qué dura es la vida que se lleva por delante a personas tan excepcionales como lo era Ana Frank. Tras leer su Diario por primera vez, puedo decir que nos hubiéramos llevado bien en otra vida, a pesar de que, cómo bien decía en sus confesiones, nunca llegara a confiar plenamente en nadie. ¿Puede ser eso algo que nos une? ¡Tal vez sea alguna antepasada mía! Sería muy curioso.


Nuria